Para los chicos, el jardín
es un espacio de oportunidad de desarrollo porque, en el
contacto con la naturaleza, incorporan algunos valores que en esta
sociedad crecientemente urbana está costando impartir:
Pero
–teniendo claro esto– hay que decir también que los chicos necesitan y
disfrutan de cosas diferentes en los espacios verdes. Por eso, es bueno que
cuando los adultos planificamos un jardín, tengamos
en cuenta incorporar lugares donde ellos puedan tener sus propios
proyectos, que no siempre son estéticamente atrayentes. ¿Qué cosa
podemos hacer?
En el balcón:
- Asignarles una
maceta para que puedan hacer pruebas,plantar bulbos, sembrar, cultivar alguna hortaliza, plantines, o
incluso alguna planta nativa que atraiga mariposas o pájaros, o que se mueva al
contacto como las mimosas, o que se cierre de noche como alguna Senna.
- Colocar un
bañadero de pájaros, aprovechando que en todo nuestro territorio hay un número de
aves sorprendente.
En el jardín:
- Rodear el arenero
con un cantero que ellos definan, donde puedan plantar herbáceas de cultivo
sencillo como Bulbine, Tropaeolum (tacos de reina), Tapetes (copetes), Mentha
(menta), Origanum (orégano).
- Plantar, al pie de las hamacas, una enredadera
que transforme su estructura en una casita-glorieta.
- Plantar, en la base de los juegos (tobogán,
casita, plataforma), unos girasoles si hay altura, unas chauchas si pueden
sujetarse, unos zapallos si el espacio es amplio y soleado. Y si se quiebran,
¡qué importa!
- Colocar alimento
para pájaros en forma periódica, y cambiar el agua del bañadero de pájaros para que nos visiten a
diario.
- Poner a su alcance alguna lona o tela (sábanas
viejas), alguna tabla y trozos grandes de leña para que armen alguna
plataforma, alguna casita, algún puente. Usarán su imaginación y planificarán,
proyectarán.Deberán
compartir las ideas con sus pares y dialogar, negociar.
Parece mentira lo poco que se propenden estas
situaciones en los jardines
tan cuidadosamente diseñados que visitamos. Muchas
veces, lo más simple es lo más memorable. Sólo hace falta asignar algún sector para
aprovechar el contacto con la naturaleza, para la formación de personas más
completas, sensibles, creativas y respetuosas del ambiente y del otro.
Y sobre todo, estar nosotros atentos en ese
proceso, ofreciendo
la oportunidad pero dejándolos que decidan, que sean ellos quienes
eligen. Es
ideal llevarlos en visitas cortas a algún jardín público o privado, a alguna
huerta, a las reservas naturales. Será un momento memorable para todos.
Estaremos –casi sin darnos cuenta– sembrando los jardineros
de mañana.
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